Espacio y percepción: La vida cotidiana como intervención urbana Carolina Márquez Bernard

Abstract anglés

La propuesta se centra en dar importancia a la relación entre el espacio urbano y la vida cotidiana a través de la percepción de los aspectos fundamentales de nuestro día a día. Así pues, se considera la vida cotidiana en el espacio urbano como una intervención artística, la cual muestra el espacio como escenario de ese lugar transitable el cual nos envuelve y rodea constantemente. Es decir, la idea es consolidar el espacio urbano como lugar de nuestra vida diaria, posicionando al ciudadano como principal observador de todo lo que le envuelve, intentando, a través de la percepción, despertar un encanto y afecto por el espacio que nos rodea y por todos aquellos rincones que lo componen. Aprendiendo a leer lo que es invisible del barrio y reflexionar sobre la evolución de nuestro territorio común según nuestra posición y contribución en él. Así pues, se interviene en el espacio urbano con la creación de diversas piezas de diseño, las cuales provocan una relación espacio-persona, y una reflexión en cuanto a todo aquello que sucede en el espacio urbano común, que nutre la atmósfera urbana del lugar que habitamos. El lugar de actuación en el cual se centra el proyecto es el barrio del Raval, ya que se trata de un barrio multicultural y en plena efervescencia social, cultural y artística, lo que ayuda a llegar a más cantidad de gente distinta y conseguir diferentes formas de interpretar la pieza de diseño. En concreto se centra en la calle Joaquin Costa, ya que se considera reúne todos los aspectos que se quiere tratar en el proyecto. Hace la función de lugar de residencia, lugar de trabajo, lugar para quedarse o en cambio de tránsito. Y dónde se mezclan gran cantidad de culturas distintas, clases sociales, edades y negocios distintos. La primera pieza de diseño que compone el proyecto es una tipografía por y para el barrio del Raval, basada íntegramente en la recopilación de mensajes vernaculares encontrados por las calles del barrio, y comparado más adelante cada caracter para finalmente sustraer una única tipografía que represente la atmósfera del lugar.Ésta tiene dos diseños, con ligeros cambios y con un peso diferente. La segunda pieza se compone de una instalación a base de metal, material representativo de los antiguos negocios que han desaparecido del barrio en cuestión. Ésta expone unas reflexiones a través de mensajes de texto, utilizando la base de la tipografía diseñada para el barrio y adaptada de tal manera que se pueda conseguir un moldeado de cada letra a mano, configurando y soldando cada parte de la instalación. Estos mensajes narran una manera de apreciar el espacio común urbano a través de los sentidos y la percepción de lo que nos rodea. Los sentidos que se subrayan en la propuesta de diseño son el sonido, el olor y la vista, ya que son aquellos que cuando caminas por un lugar, se te activan automáticamente cuando algo te llama la atención. Con esta instalación portátil, se propone que la gente reflexione y recupere la necesidad por apreciar los pequeños detalles que componen nuestra vida diaria, y lo que crea y adorna un lugar en concreto. Una vez realizada la instalación, se crea la tercera pieza de diseño, la cual responde a un objeto de diseño que habla sobre el proceso creativo que se ha llevado a cabo, y asimismo sobre la identidad del lugar donde se actúa. Se expone la idea del proyecto, el proceso de creación de la tipografía, más adelante se muestra la producción del alfabeto y para finalizar, cómo actúa la pieza definitiva en los diferentes lugar de la calle Joaquin Costa que despiertan un afecto por un olor que trae un recuerdo, o un sonido que recuerda una experiencia vivida, etcétera. Asimismo, la publicación habla sobre la evolución del barrio, sobre las transformaciones sociales que vive y como éstas se representan en la vida diaria del Raval. La cuarta pieza de diseño se basa en la creación de diez postales que hablan de un lugar y de un tiempo en concreto, como recuerdo de una experiencia vivida en el espacio urbano y que desaparece al crear otras experiencias inmediatamente. Es decir, las postales recuperan pequeños fragmentos de diálogos que se han escuchado en diversos lugar en concreto de la calle Joaquin Costa. Son pequeñas conversaciones que forman parte de un gran texto invisible titulado ciudad. Estos diálogos se sustraen a través de grabaciones de voz realizadas a lo largo de todo el día. La quinta pieza de diseño responde a una señalética para el espacio urbano, la cual únicamente incentiva al ciudadano a dejarse guiar por la percepción sensorial del lugar. Así pues, se propone de manera gráfica, diversos decorados para las baldosas de la calle, con narices, ojos y orejas, lo que intenta provocar una atención por parte del transeúnte, y un diálogo entre el espacio y el caminar a través de la percepción de los sentidos. Y, para finalizar, la sexta pieza se compone de una propuesta de diseño editorial la cual reúne todas las piezas de diseño en uso en el espacio urbano o en relación con el ciudadano, con la intención de agrupar todo el proyecto en un mismo lugar, y de esta manera, poder valorar de que manera responden cada una de las piezas de diseño, cual es su objetivo y cual a sido finalmente su proyección y/o conclusión.